viernes, 30 de enero de 2009

Verdad

La verdad es todo aquello que puede desmentirse. Si no existe una manera de demostrar la invalidez de una teoría o suceso entonces hablamos de suposiciones, dogmas y paraciencias.

Esto es muy cómodo porque los verdaderos científicos, que buscan la verdad, son los primeros que deben buscar pruebas que contradigan sus propias teorías. Y si se quedan sin experimentos que puedan desbaratar sus hipótesis entonces no es ciencia sino una mera creencia.

Todo lo que escribo en el blog o comento en sociedad no dejan de ser opiniones. De muchas de ellas estoy más convencido que de otras. Pero yo no soy científico y no calibro mis comentarios constantemente, diciendo cosas como -sobre ésto tengo un convencimiento propio del 80% y un convencimiento objetivo por pruebas de la comunidad científica de un 54,86%-. O -de ésto otro solo estoy convencido al 10%-. De una frase a otra puede variar mi convencimiento sobre lo que afirmo e incluso puede variar después de haber dicho la frase.

Entonces ¿hasta qué punto debemos tener en cuenta todo lo que oímos o leemos?

Cuando alguien se toma en serio algo sobre lo que no hay demasiada convicción, si algo después descubre el error se tiende a perder la confianza.


¿Qué es lo que más nos molesta? ¿Descubrir que algo era mentira o descubrir la verdad?

Valorar del 1 (poca) al 3 (mucha convicción) mi escala de valores sobre estas verdades.

- No existe calentamiento global del planeta provocado por la humanidad.
- No existen seres inteligentes de otros planetas en todo el universo.

- Todos los fumadores morirán.

En realidad valoro con un 3 mi convicción de todas las afirmaciones.

La última no requiere demasiadas pruebas. Todo el mundo muere. Hasta Matusalen. Solo que éstos lo hacen, hicieron y harán sufriendo más que otros.

La de los alienígenas es más difícil de comprobar, porque no hemos visto aun todos los planetas para descartarlos. Pero si los franceses podían ir casa por casa a registrar Zaragoza en busca de rebeldes en 1808, o los israelíes podían hacerlo en Gaza para buscar activistas de Hamas, nada nos impide buscar planeta por planeta y algo me dice que no vamos a encontrar absolutamente nada. Porque hay una ecuación que indica que el resultado del número de civilizaciones inteligentes posibles que pueden convivir simultáneamente en todo el universo es uno. Estamos solos en el universo, ¿y qué? Tampoco hay dioses para consolarnos.

Lo del cambio climático provocado por el hombre es otro dogma interesante del cual la gente se convence cegada por datos artificiales, sin tener en cuenta el insignificante tamaño de la humanidad. Solo 7000 millones de ánimas coleando. Mientras que el planeta es una masa enorme de agua, tierra, fuego y un sin fin de elementos naturales que se auto regulan y seguirán ahí millones de años después de la extinción de la humanidad. Aunque si no queda nadie para comprobar que el mundo sigue ahí es muy difícil afirmarlo; vale! Esa parte es expeculativa. Pero lo de la "verdad incomoda" de Gore es la mentira más propicia del pasado año para vender DVDs y que el Panel Intergubernamental del Cambio Climatico de la ONU hiciera el mayor ridículo al descubrir el error en sus cifras.

Somos capaces de hundirnos solos en la miseria o ganar diez veces lo que merecemos. No hay justicia, karma o equidad en el mundo. ¡Toma verdad!

Por lo general somos reticentes a dar credibilidad a las malas noticias más próximas.
Nos cuesta mucho asumir que algo en lo que confiábamos nos ha traicionado.

Pero ¿no deberíamos alegrarnos de tener más conocimiento y estar mejor preparados en la vida para afrontar otras mentiras? O ¿realmente necesitamos creer en ilusiones para estar más tranquilos?

Tu vecino no te golpeará y te robará porque tú no lo harías tampoco. Vale... tu confíate y no corras.
De todos modos lo último que se debe hacer ante un transeúnte de aspecto sospechoso es "provocarle" con miradas de desconfianza y pasos nerviosos. Si haces eso seguro que es porque tienes algo "valioso" que ocultar.

La ilusión de que no pasa nada y no puede pasarnos nada debemos tenerla siempre presente. Aunque no haga falta tener un doctorado en ciencias carcelarias para encontrar inmundicia a la vuelta de la esquina.

Cuando todo a nuestro alrededor se convierte en mierda, tenemos que aprender a ser como el niño optimista del cuento al que le regalan boñiga de caballo pero se piensa que le han regalado un caballo que ha salido a pasear. Hay que ver la verdad como lo que es. Solo una ilusión.

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