sábado, 21 de febrero de 2015

Falda o pantalón

El eterno debate de quién lleva la voz cantante, en casa, en el trabajo, en un colectivo sociocultural o político y que algunas fujoshi se empeñan también en distinguir en cada integrante de parejas de mismo sexo que pasan ante sí, resulta que no tiene mucho sentido.

Todos dan y todos reciben de un modo u otro.


Todo tiende a contrarrestarse. Quizás no con la misma fuerza; y por esa razón hay quien se empeña más en dar o en recibir. Pero al margen de la broma del primer párrafo, no me refiero a roles sexuales, ni siquiera hablo de política ni, por supuesto, nada que tenga que ver con prendas de vestir.

La solidaridad, en manos de quien puede ofrecerla, en ocasiones es un gesto que los propios dadivosos necesitan hacer, tal vez para aligerar su cargo de conciencia por vivir bien mientras otros no tienen tantos posibles.


A veces se hace por algo tan mundano como pagar menos impuestos.

Pero, dentro de lo cotidiano, existe la costumbre de hacer regalos por mil razones en distintas ocasiones que aún no llego a comprender bien por qué extraña superstición se hacen; pero suelo acatar lo establecido aunque en muchas ocasiones me he opuesto al "regala y deja que te hagan regalos".

He visto auténticas batallas campales por pagar la cuenta en una cafetería o de una comida. Entonces no entendía del todo el significado de ese gesto. Pero todos sabemos que no hay nada más caro que lo regalado.

 

Por ejemplo: Tu compañía de telefonía móvil te "regala" el último modelo de móvil pijoterofusión plus, y a cambio tu pagas las cuotas mensuales más caras que te puedes permitir durante 12, 18, 24 meses, lo que sea.
¿Quién está haciendo el mayor regalo a quién?


En muchos casos el valor del regalo va aumentando exponencialmente conforme se tiene que devolver. Otro ejemplo es el "delito criminal" de invitar a alguien a una boda que obliga a pagar una cifra establecida cada vez mayor.

En Japón existe costumbre de traer omiyage (souvenirs) de cualquier viaje realizado, generalmente cosas de comer, que se entregan a compañeros de trabajo, vecinos, amigos, etc.

Hay costumbre de hacer "regalos" en forma de dinero también en bodas, pero siempre ha de ser de gente de confianza, a la que realmente le importes y tú te hayas comprometido con otros regalos antes.

En ofenderse por gestos que vayan contra su honor creo que los japoneses son campeones del mundo, y pueden considerar una ofrenta muy grande que les hagan un regalo que no merecen. O mejor dicho, un regalo que tú no mereces que ellos te devuelvan en misma o superior proporción.

La letra china que usan los japoneses para referirse a "regalo" 贈 usa el mismo componente que "dinero" 貝 y "aumento"増

Y es que cuando entras en el círculo de los regalos, entras en un pozo que no parece tener fin y cuesta cada vez más dinero.


¿Y compensa? A mí desde luego que no.

Os regalo un post de mi blog.

A ver si se llena de comentarios, al menos.


P.D.: Mi cumpleaños es el mes que viene:
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