viernes, 10 de abril de 2009

Fascismo ecológico

Entre "Ecología" y "Economía" hay solo un par de letras de diferencia. Ambas palabras tienen un significado positivo pero a lo largo de años de imbecilidad humana, que no puede llamarse de otro modo, los dos terminos conllevan connotaciones catastróficas.

La eco卍ogía que se nos impone a nivel popular en los medios de opinión masiva trata siempre de darle un valor económico a nuestras acciones. Tratan de poner precio al impacto de todas las acciones, malas o buenas, sobre el medio ambiente.

Los gobiernos pronto impulsarán impuestos y sanciones a nivel de toda europa para proteger la naturaleza.

Una "eco-label" se intenta traducir por prestigio y por tanto mayor precio.

Moratorias en el uso de energía nuclear incrementaron nuestras facturas de la luz durante años.

Si una región emite más partículas de CO2 a la atmósfera tiene que pagar su cuota correspondiente a otra que contamine menos. Eso genera un mercado especulativo que antes no existía a cambio de, literalmente, aire.

Así se empiezan a generar listones artificiales que pueden ajustarse a voluntad de cuatro científicos locos para beneficiar a unos paises u otros sin que esté demostrado aun, después de más de 20 años, que exista efecto invernadero o "cambio climático" a causa de emisiones generadas por el ser humano.

Si incluir la avaricia en la ecuación ecologista no fuera suficiente, manifestantes ecologistas afines a movimientos políticos y terroristas se han opuesto siempre a cualquier progreso que beneficie a la sociedad. Bien sean medios de comunicación terrestre como autopistas o vías de ferrocarril, o centrales de energía eléctrica como presas o centrales nucleares, incluso eólicas y solares.

No se cómo se las apañan los políticos de País Vasco y Navarra para maquillar la situación económica-social como sólida en estas condiciones, tras lustros de atraso que pudieron haber sido mucho más prósperos si no hubiera tanto ecolomunista con ganas de bronca.

¿Cómo vamos a salvar el planeta si no somos capaces de contener al vecino del tercero que contamina la escalera con nicotina envuelta en amoniaco y cuatro mil sustancias peligrosas más?

Basta de de ecolomunismos y ecofascismos. Respetemos el medio ambiente empezando por respetarnos a nosotros mismos como parte natural de nuestro planeta.

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