Un día, aun no se muy bién por qué, me dió la venada y empecé a estudiar hiragana y katakana. El libro se presentaba como un aperitivo para enfrentarse después a los "temidos kanji".
Me costó solo tres días aprender el silabario hiragana, a razón de dos lecciones diarias, con descanso entre una y otra.
Y tardé una semana más para el katakana, a otro ritmo, pero que en total fue menos tiempo invertido que las 4 horas y poco que tardé en aprender los 45 fonemas básicos escritos del primer silabario y sus variaciones. Me queda alguna laguna a la hora de pasar de silabas latinas a kana, pero lo contrario no me pasa nunca.
El método me pareció bastante ingenioso y hasta adictivo. Así que di el siguiente paso, y pese a no poder permitírmelo ahora me gasté un dineral en el libro para aprender kanji aconsejado, del mismo autor, y también, para complementar, compré otros aparéntemente más caóticos de autores españoles: "Japonés para gente manga".
Creo que a veces es mejor hacer las cosas de forma desordenada, sin mucha severidad pero el libro de kanji poco a poco ha absorvido toda mi atención y estoy "secuestrado" por él.
La meta es aprenderse unos 2042 kanji. Y aprender a aprender otros en el futuro.
Pero hay un toque de rebeldía que me inquieta y es que a diferencia de cualquier otro método para aprenderlos, en este caso no se aprende su pronunciación, ni sus combinaciones con otros kanji. En teoría, de este modo luego resultará más fácil aprender japonés. Como también lo logran los chinos. Y hay quien dice que con este libro también se podría aprender chino, que son lenguas muy diferentes.
En el segundo volumen del libro, cuando haya logrado memorizar todos sin olvidar ninguno, empezaré a ver como se pronuncian en japonés y posibles combinaciones. Y es que el japonés forma nuevas palabras a partir de otras.
Aun así, el léxico y la gramática básica poco a poco los he ido relegando a un segundo plano. Cada vez me resultaba más difícil avanzar en el libro de "japonés para gente manga" porque no me lo tomaba tan en serio como el libro de los kanji.
Tendré que buscarle un hueco, con el cuaderno al lado y más concentración, como hago con el otro libro. Pero creo que debo dejarlo en hibernación hasta terminar lo otro.
"Kanji para recordar 1" de James W. Heisig está escrito originalmente en el año 1977. Fue revisado por el autor y traducido al castellano en torno a 2003 y la 3ª edición, que poseo, impresa en 2008.
No hay que correr. Al principio podía pasarme una hora o hasta dos seguidas aprendiendo una lección entera de entre 15 a 40 kanji. Aunque alguna lección podía llevarme tan solo media hora.
Pero al terminar la décima lección y ver que olvidaba algunos kanji usando este método, que consiste en Recordar absolutamente todos; he vuelto a repasar a conciencia y ahora puedo invertir hasta media hora en un solo kanji.
No porque me la pase repitiendo la escritura o repitiendo una y otra vez nada... sino porque con algunos kanji me cuesta ese tiempo imaginar una relación mental, siguiendo las instrucciones del libro.
De todos modos ir despacio y repasar lo que se olvida no viene mal y he aprendido algo importante sobre el orden de los trazos que la primera vez que lo leí no lo había llegado a asimilar bien.
El autor dice que esta parte es la fácil. Así que habrá que Creer.
Hay que despertar mucho la imaginación. En eso consiste el método. Y puede valer para aprender otras cosas que no sean japonés.
También hay que tener en cuenta que estamos en el siglo XXI.
Cuando se escribió el libro no había PDAs, Google, ordenadores o teléfonos móviles táctiles. Así que cuando se propone un método para el repaso no hay que intentar seguirlo exactamente del mismo modo. Comprar cartulinas y cortarlas para tener más de 2000 es muy laborioso y caro.
Compré algunas cartulinas troqueladas (para tarjetas de visita, en cantidad totalmente insuficiente) que al final serán tarjetas de visita para el próximo Broadcast, seguramente.
Y un par de blocks de hojas de papel para 500 notas, que empecé partiendo por la mitad y garabateé con kanjis unos cuantos. Aunque la meta de que no se viera la parte de atrás quedaba un poco frustrada.
Finalmente he cogido casi todos los kanji (por ahora unos 1500) desde una web donde están introduciendolos en el orden del libro, los he puesto en una base de datos; he montado un foro de "Oekaki" en servidor local y he empezado a dibujar cada kanji con una tableta gráfica, siguiendo el orden correcto de los trazos, que además se conservan para observar la animación (algo imposible, por ahora, en papel). Así los dibujo gastando menos material de papelería y de forma "respetuosa con el medio ambiente".
También he programado una web en PHP para mostrar los kanji introducidos en las bases de datos, escogiendo un número máximo (hasta el que quiera repasar) y de forma aleatoria aparece un kanji dentro de los aprendidos, con un botón para ver su significado.
De este modo puedo repasar e ir escribiendo una sola vez (como pide el libro) y si fallo en alguno, ver la referencia para volverlo a aprender en el libro.
Puede que publique parte de esta web con los kanjis dibujados por mí, aunque mi caligrafía es horrorosa con la tableta gráfica (con el ratón es mejor), pero puede venir bien para ver el orden de los trazos de algún kanji, o para buscar significados.
Y no se que más contar. Contaré hasta diez
一二三四五六七八九十
-Lo siento, Dr. Heisig pero ya se pronunciar estos kanji.-
¿Podré contener las ganas de aprender más japonés hasta que memorize los principales kanji?
¿Acabaré de estudiarlos todos antes de viajar por primera vez al país del sol naciente?
¿Entenderán todos los humanos que lean esta entrada del blog algunas expresiones que he puesto como "oekaki", "blog", "servidor local", "php", "hiragana", "kana", "kanji"?
Y cuando usas Linux Gentoo y aprendes japonés ¿dejas de ser humano?
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