Es probable que el olfato sea un sentido algo desprestigiado. Solo algunos cocineros lo tienen en cuenta. Aunque sobre gustos, u olores de los guisos, no hay nada escrito.
Es habitual hacer una metáfora con el olfato de una persona cuando se dice que tiene mucha intuición, o ha tenido mucha vista para anticiparse a otros ante una oportunidad o para evitar un problema.
Y algo tendrá que ver el olfato real. Ya que los olores nos previenen y ayudan a reconocer una situación y actuar en consecuencia.
No asearse adecuadamente, una dieta flatulenta, otros factores, y especialmente todas "drogas combustibles" producen repulsión.
Pero mucha gente vive en un ambiente plagado de mal olor y terminan por insensibilizarse a casi todos los olores.
Con el olfato atrofiado se pierde una parte de nuestra humanidad. Los cinco sentidos.
Y ésto choca directamente con la gente a la que si nos importa el olor.
No es cuestión de fastidiar ni de imponer la propia voluntad a la de los demás sino tratar de vivir todos un poco mejor.
Si hueles mal, ¿qué problema hay en qué te lo diga? -Hueles mal, tío.- Y te duchas... o te apartas un poco.
Pero si no tenemos confianza suficiente, la vieja educación nos hace ir con evasivas. Necesitamos que otro se lo comunique de nuestra parte.
Lo peor del mundo es un tercero con esta vieja educación del respeto y de "no meterse en problemas" y el olfato atrofiado, que no distingue lo que huele mal de lo que está bien.
Estas personas son legión y van detrás de aquellos que nos atrevemos a demostrar que somos humanos y quejarnos de que alguien huele mal, y nos señalan con el dedo, cual película "La invasión de los ladrones de cuerpos", y tratan de impedir que evitemos el avance del tufo letal que asola los lugares más tercermundistas del planeta:
- Algunas (casi todas) cafeterías españolas, restaurantes (muchos), accesos de locales públicos y comercios, algunos talleres mecánicos, pequeños centros de trabajo (lo más grave son algunos centros logísticos de envío de paquetes a otras personas), algunos vecindarios, Centros Comerciales con locales infractores de casi todos la cadena francesa Carrefour en España, o Eroski, etc, etc, etc.
También hay otra clase de olfato. La de los vendedores telefónicos, puerta-a-puerta, o por buzoneos-masivos. Tienen datos de nuestras vidas, vendidos al mejor postor por otras empresas, y se rifan el reparto de nuestros posibles ingresos cual buitres en un banquete recien servido.
Nos interrumpen sin cesar, como si supieran que el chollo se va a acabar y que hacerlo va a ser ilegal dentro de poco, sabiendo con su intuición cuándo estamos en casa, cuándo nos cae mejor comprar sus productos, y cómo vamos a reaccionar según qué y cómo nos lo digan.
Aunque dada su insistencia, estamos inmunizados ante tanto buitre suelto y no lo tienen muy fácil.
Pero son realmente insidiosos y en este caso creo que sí estaría justificado el uso violento de un puño contra sus narices.
También os doy permiso para emplastarles una tarta o algo así en todas las narices a cualquiera de estos hijos de su madre; gracias:
Juan Tallada (BAT España), Cesar Alierta (T), Hernan Irigoyen (PM).
Se lo merecen.
viernes, 19 de junio de 2009
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