"El mundo es un buen lugar por el que merece la pena luchar". Como decía Morgan Freeman en Se7en, -Estoy de acuerdo con la segunda parte.- Pero la primera parte es responsabilidad de todos.
Es cierto que venimos de la nada y nos convertimos en nada. Así pues no perdemos nada en el proceso. Como decía Eric Idle en su canción final de La vida de Brian. (Always look on the bright side of life)
Como es de buen nacido ser agradecido, haré lo que se hace al final de las buenas acciones. Dar las gracias. Un modo humilde de empezar a mejorar el mundo.
Así que voy a tratar de mencionar las cosas que más agradezco pero que rara vez me acuerdo agradecer como es debido.
En lugar de quejarme de todo lo que pierdo, todo lo que no me dan, todo lo que no consigo, de todo lo que no me gusta, #TLQJ, voy a procurar ser constructivo que fundamentalmente para eso creé este blog. Como un modo de auto-moldear mi carácter que aunque muchos no lo noten raya la ironía y el cinismo exacerbado. Que si bien es un elemento que concentrado podría dar energía a media Europa sin recurrir a la energía nuclear o un generador de Improbabilidad Infinita, creo que sus efectos son bastante nocivos para el que emite sus opiniones más que para quien recibe las críticas o el mensaje.
Así pues sirva este mensaje de warning a mí mismo y de reverencia a mucha gente que en caso de recibir un Oscar o un premio Nobel de esos de saldo que dan (vaya! ya estoy otra vez.) deberían ser mencionados sin falta.
Papa y mamá. Son peor que las hemorroides (que llevan más de un año dándome por el mismísimo...) pero qué sería de mí si no se hubieran conocido... Qué? Eh!
Mis hermanos mayores. Son casi tan malos o peores que papá y mamá. (De tal palo...) No se puede comparar al uno con la otra, igual que a mamá y papá; pero en ambos casos los agrupo para abreviar. Aunque sea poco y al menos cuando era pequeño me protegieron y ayudaron como lo hacen los hermanos mayores.
Tíos, tías, primos, primas y demás familia. La familia... me hace pensar de nuevo en eso que se hincha por detrás. Pero sin embargo todas las molestias, todos los "secuestros" (excursiones anti-democráticas en las que el niño (yo) tenía que ir a dónde ellos quisieran sin votación popular), todos los acosos típicos de quien quiere evitar que alguien se salga del régimen establecido, me parecen ahora nimios e insignificantes comparados con todo lo que he recibido y sigo recibiendo. El apoyo es mayor del que creo merecer. No significa que no haya hecho grandes favores pidiendo poco o nada a cambio pero tampoco soy capaz de tratarles a todos tan bien como lo hacen conmigo.
Amigos. Aquí habría que hacer una distinción entre amigos buenos-buenos y amigos de amigos. Porque aunque muchos de mis mejores amigos fueron en su momento amigos de amigos no siempre cuaja la amistad hasta un punto que me permita valorarlo. Cada persona es un mundo y aquí me pierdo bastante.
Por lo general creo que mis amigos aprecian lo que hago por ellos por eso no siento la necesidad de darles las gracias por muchas cosas que siempre olvido. Todas las personas con las que paso mucho tiempo acaban descubriendo como soy realmente. Y tienen dos opciones. Seguirme la corriente o distanciarse.
Los que me siguen la corriente se contagian con mi carácter y yo con el suyo. Son los que me hacen como soy. Más que la herencia genética o la familia impuesta, los amigos son más parte de mi persona que mis mismísimas entrañas. Así que cómo no voy a estar agradecido de tenerlos.
Resto del mundo. Me encantan esas películas apocalípticas donde se nos presenta un mundo sin gente, como el comienzo de Abre los ojos, Soy leyenda, y similares. Es quizás esa obsesión de amor-odio que tenemos las personas entre nosotros. Sería fabuloso encontrarse el supermercado vacío, sin colas. Ir en el autobús o el metro sin apretujones. Encontrar siempre sitio en tu restaurante (sin humos) favorito. Y, en fin, librarse de quejicas (como yo), polemistas de la TV, y vivir en un remanso absoluto de paz sin absolutamente nadie alrededor que moleste pero...
Alguien tiene que mantener el agua fluyendo, la luz, el wifi, fabricar ordenadores y nuevas tecnologías, componer música, cantar, bailar, cultivar, dar de comer, conducir, pilotar, construir, dar buen ejemplo, dar mal ejemplo, hacernos reír, hacernos llorar, hacernos soñar, y motivarnos en definitiva.
Sin el resto del mundo, para bien o para mal, no seríamos los mismos. A ellos tendría que ir el agradecimiento más grande del mundo. Y si a mí mismo me cuesta reconocer ésto, no es de extrañar que haya conflictos, crimen y guerras. Pero no solo uno mismo sino todos mis allegados, no serían nada de lo que son de no ser por la enorme familia que compone este planeta.
Personas que muchas veces de forma anónima ayudan al prójimo sin rechistar y sin que tenga que mediar juez, lider religioso o maestro de payasos.
Y nuestra vida es mucho más llevadera gracias este afán sin esperar nada más a cambio, o al menos por las ganas de vivir y dejar vivir de la mayor parte de la humanidad.
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