Todos somos iguales y al mismo tiempo únicos.
Nos regimos por las mismas necesidades, y nos comportamos en base a lo que aprendemos de nuestro entorno.
Nuestros genes y la forma de ser de los que nos rodean influyen en nuestro comportamiento con sutiles diferencias que marcan nuestro carácter único excepcional. Lo que hace que seamos adorados, u odiados (qué a fin de cuentas es otro tipo de "amor". Jeje.)
Si todos fuéramos exactamente iguales en apariencia y en nuestra forma de ser no existirían familias, o grupos de amigos. Quizás solo colmenas.
Una forma de pensar colectiva echaría a perder el arte que nos inspira en la vida diaria y seguramente también nuestra humanidad.
Tenemos los mismos tipos de programación en nuestra conducta pero con mayor o menor flexibilidad para cambiar y elegir.
Lo que elegimos se puede predecir estudiando a fondo el carácter de una persona aunque es difícil tener en cuenta absolutamente todas las variables.
No hay nada más odioso que ser etiquetado, categorizado y generalizado por un estudio como si nada pudiera cambiar mañana y te vieras obligado a actuar como se espera de tí.
Volviendo a uno de mis manganimes favoritos creo que tengo "cualidades" de varios de sus personajes.
Me gusta tanto porque me identifico con ellos, y es lo que más me hace reir.
Instituto Ouran Host Club:
- Los comentarios hirientes a sus amigos de forma no premeditada, de Haruhi.
- La emotividad de Kaoru.
- El espíritu lacónico y servicial, de Mori-senpai.
- El humor bromista, de Hikaru.
- La ambición maquinadora, de Kyoya.
- La rápida recuperación ante puñaladas traperas recibidas, de Tamaki.
- La mirada limpia ante todo lo nuevo, de Hani.
Lo que varían son las dosis. Cada cual tiene sus límites ante ciertas actitudes.
La autora del manga afirma identificarse también con todos sus personajes, salvo Mori y Hani.
Creo que físicamente aparento menos edad de la que tengo pero ni por asomo parezco un niño de primaria, como Hani. Tengo un diente sin estrenar como solo lo puede tener alguien tan joven como un Feto... pero ya hace mucho tiempo que me arranqué mis primeras canas. Quizás el lado "esquizofrénico" de Hani al enfadarse también se asemeja a mi carácter. Hay gente a la que realmente les gusta la forma temperamental de mis enfados (aunque en muchas ocasiones ya no es más que teatro).
Tamaki tiene algo (es un decir... Bastante) de arrogancia y yo, no lo niego, también. Aunque no tanta.
Su espíritu adulador no va conmigo. Y jamás tendré el talento y sensibilidad requeridos para tocar el piano bien, y mucho menos como el personaje de Tamaki. Tiene una cualidad admirable y es que respeta a todo el mundo, incluso a aquellos que van en su contra. Yo respeto a todo el mundo hasta que descubro malas intenciones. El rencor es muy difícil de borrar después de regalar confianza.
Kyoya es el personaje con el que más me identifico. En los últimos capítulos de la serie anime es cuando descubrimos su lado simpático; Cosa que siempre suele ocultar, yo también suelo ser muy reservado ante desconocidos. Además de ser el menor de varios hermanos que ambiciona romper el molde impuesto.
Mori es el personaje atento y leal. Todos tenemos nuestro lado servicial y nuestro lado dominante. Yo creo que ando muy cerca del término medio pero casi siempre inclino la balanza hacia el carácter que hace necesario ser un maestro del Kendo, como Mori, para defenderse de los aprovechados que hay sueltos por el mundo. Quizás empiece a tomar clases. Jeje.
Coincido con Kaoru en el gusto por lo estético y empatía hacia los demás. Mientras que Mori actua en favor de los demás, Kaoru es mucho más perceptivo para descubrir lo que debe hacer para ayudar. Le sobrecogen la amistad y la belleza, y es más inteligente que su hermano gemelo Hikaru.
El lado gamberro de Hikaru siempre está latente en mí. Me gusta gastar bromas para reírme con los demás incluso de mí mismo. Aunque es un lado de mi personalidad muy oculto que cada vez se hunde más en el juego de las normas sociales.
Sin embargo no pierdo la esperanza de que el diablillo de mi interior imponga por fin un caos ordenado en su mundo que lo haga distinto a los demás. Más único.
Haruhi, salvo por el tema de que es una chica algo travestida, podría ser el personaje con más similitudes de la ficción al mundo real. Kyoya es un aristócrata pero Haruhi es una chica de clase media, becada en la escuela de ricos Ouran. Ningún otro personaje de la serie entiende la vida desde el punto de vista "plebeyo" motivo por el cual élla es la protagonista.
El choque "cultural" es brutal y por supuesto reconocer las costumbres "plebeyas" cuando los ricos se asombran incrementa el lado divertido, identificándote más con Haruhi y su frase típica ante la ignorancia arrogante de los: -Ricos, bastardos!- (mientras mueve la cabeza a un lado y otro)
Ay! Y sobre (casi me olvidaba) la personaje secundaria de Ouran, Renge, mi personaje favorito; tal vez porque tiene una personalidad tan contagiosa que me ha hecho admirar al personaje cuya cualidad más destacada es ser una fan; Una admiradora de lo otaku y todo lo que conlleva.
Seguro que ella es la culpable de haberme metido de lleno en este mundo de tópicos atípicos del manga, anime, videojuegos y cultura japonesa. Cuando visite Japón, un año de estos, tendré que acordarme de Renge.
Aunque sigo sin comprender del todo la mitomanía de gente ante otras personas famosas que son incluso menos únicas que ellos mismos.
viernes, 23 de enero de 2009
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