viernes, 8 de mayo de 2009

Ju ju ju

No hace mucho (un año más o menos) escribí por este blog lo que considero claves del humor. Y como aun me considero un soso desconsiderado incurable en lo que a sentido de la risa se refiere voy a tratar de ahondar más en la materia para ver si logro desentrañar más este arte secreto que cosquillea los bajos fondos de la mente humana.

Hay muchos tipos de risa. Algunos son de lo más molesto. Como una risa en la cara de alguien que quiere decir "-Olvídalo! No cuentes con ello! Ni en sueños.-". No es lo que yo considero una respuesta a algo que tenga la más mínima gracia.

La risa que persigue el Humor es la del entendimiento y el alivio.

El humor suele ser bastante subjetivo y ambiguo. Cuando alguien hace un comentario jocoso sobre una situación que nos incomoda, pueden pasar dos cosas. Que nos ofendamos o que nos identifiquemos con la situación y ríamos al saber que no somos los únicos afectados.

Aunque se dice que "-mal de muchos, consuelo de tontos-", también se dice que los tontos son más felices. ¿Y qué es la Risa sino una explosión de felicidad?

Hay personas con un talento natural para hacer reir. Les gusta provocarlo y les sale de forma espontánea.

Creo que de más joven mi caracter cerrado con los (des)conocidos y abierto con los amigos producía el efecto "Eugenio" (el de "-Saben aquel que diu-"). Contaba los chistes de forma seria y sin coletilla al final para indicar que estoy hablando en broma ("-sch, sch-"). Eso les gustaba a mis amigos y a los que ni siquiera me pedían un bolígrafo en clase.

Ahora soy algo más desconfiado con mi propia forma de expresarme y no puedo evitar ciertos tics en mis inquisiciones, cuando pretendo hablar en broma, que arruinan todo el humor.

Así que creo que el humorista debe cultivarse, porque más que nacer así, se hace a sí mismo. Se puede estudiar y practicar día a día.

Y es probable que el mundo sería mejor si se diera como materia en las escuelas o universidades.

Muchos llegarían a ser doctorados en payasadas. Y además no se les consideraría "payasos". Sino auténticos médicos de la mente humana con gran talento.

3 comentarios:

  1. curiosa entrada. no sé si ayudará en tu propósito pero aquí van algunas reflexiones desordenadas al respecto:

    yo no me considero un tipo demasiado gracioso, pero lo cierto es que hay mucha gente que se parte de risa en cuanto abro la boca. a otros no les hago las más mínima gracia pero a base de observar sus reacciones he aprendido que en algunos casos sí que les hago gracia sólo que no la suficiente como para ganarme una risa.

    creo que la risa para ciertas personas tiene su momento: consideran que no se puede premiar con ella al primero que suelte un chascarrillo. esto lo he notado sobre todo en personas que saben que son graciosas para los demás.

    alguna vez he observado a dos "graciosos" que saben contener la risa crear auténticos shows improvisados "en pareja" en los que cada intervención servía únicamente para intentar ser más gracioso que el otro "gracioso" pero sin reirle las gracias (hay gente que competiría en lo que fuese, colega).

    ah, por cierto, yo tengo una gran virtud: me hago gracia a mi mismo :D

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  2. Ajá. Parece que la dificultad está en que todos tenemos un umbral distinto respecto a qué cosas nos hacen reir, y a quienes permitimos hacerlo.

    Yo puedo tolerar que alguien se ría de mí. Pero para seguir debe haber reciprocidad.

    Soy capaz de reirme conmigo mismo, y me parece bien que otros lo hagan pero también deben tolerar que se rían con ellos. Un poco.

    "Reir y ser reido. Hacer reir y dejarse reir."

    Aun así, la vida diaria me ha vuelto demasiado cínico, algo que espero corregir con algún tipo de terapia. Ya que mis comentarios supuestamente jocosos con los amigos (y no tan amigos) suelen ser escasos de sensibilidad e incluso bastante hirientes, en lugar de positivos y constructivos, aunque casi nadie se me ha quejado por ahora.

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  3. Hola. He puesto ju ju ju ju para reirle la gracia a una ironía de mi vida respecto a algo que ha aparecido en mi pantalla y eso ha derivado en un viaje al caralibro que dirían algunos.

    Todo depende de cómo te ríes de la gente, de si hay maldad o no en la risa ajena, o en la propia.

    Ese umbral es diferente en cada persona, y he leído de algún psicólogo que el humor es una manera de sacar el lado oscuro, de liberarlo. Por eso algunas bromas no hacen gracia.

    Hay cosas que en un determinado momento pueden hacer gracia y en otro no, y como digo, depende de la intención del que hace la gracia y de l grado de susceptibilidad del que la recibe (en el caso de reirse de otro o que se rían de ti).

    Que se rían de ti con la sabiduría con que lo harían de sí mismos sería un paso enorme para la humanidad.

    Por lo demás, hay cosas que, simplemente, hacen gracia.

    Una vez me contaron el del bocadillo de mierda que el tío no quería cebolla porque le olía el aliento. No le encontré la gracia. Me repitieron ese mismo chiste partiéndose veinte mil millones de veces hasta que vino mi padre y me dijo que le habían contado un chiste increíblemente gracioso en el bar... y claro, no podía ser de otra manera: era el mismo.

    Es un enigma al que aun hoy sigo sin encontrarle respuesta, como a tantos otros.

    Espero que mi experiencia les sirva de algo, amantes del humor... yo adoro reírme y he flipado por un tubo al poner ju ju ju en la barra de navegación y aparecer en una entrada como esta.

    Me ha hecho gracia.

    Pero tiene un tinte serio eh

    Pues como me he quitado el sombrero pues me he dicho voy a escribir algo al respecto y con esto y un bizcocho que a todas las tías que nos gusta nos coman bien el ..................

    jijijiji

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