miércoles, 14 de mayo de 2008

Las claves del humor

El maestro Rowan "Mr. Bean" Atkinson hizo un magnífico documental dando un magistral repaso a la historia del cine de humor y el Humor en sí mismo. Y cuyas claves voy a tratar de recordar y repasar ahora.

Entre las cosas que pueden provocar alguna que otra carcajada están las apariciones y desapariciones repentinas. Algo que también funciona en otros géneros del cine.

Es divertido ver también personas comportándose con un carácter impropio de su edad, o como animales domésticos o como objetos. Y lo opuesto también suele funcionar. Por ejemplo un perro montando en bicicleta o vestido como persona.

La imitación es también un recurso humorístico. Cuando se ridiculiza al ser imitado se habla de parodia. Si se imita a un ser que representa el poder o la autoridad hablamos de sátira.

Para Paul Reboux (À la manière de…), el humor consiste simplemente en tratar a la ligera las cosas graves, y gravemente las cosas ligeras. (extraido de Humor en Wikipedia)
En mi post sobre "Ourantusiasmo" comenté que me hacía gracia precisamente eso. En un momento dado algunos personajes se tomaban demasiado en serio algo intrascendente.

La inversión de roles o mundo al revés es por tanto algo habitual en el mundo del humor.

Se dice, la primera película cinematográfica de humor es "El regador regado". Una breve película en tres partes en los que un señor con una manguera riega su cesped hasta que un chico pisa la manguera intencionadamente y el agua deja de salir pero cuando el regador mira la manguera el chico suelta el pie y el regador se moja. Como epílogo o moraleja el regador da una buena zurra al chico bromista.

La película es tal y como la he descrito; realmente para el espectador contemporáneo no tiene ya mucha gracia. Salvo quizás si el chico consiguiera burlar de nuevo al regador.

Lo que hace tan difícil extender la risa a todo el mundo por igual es la subjetividad entre culturas de distinto origen y tiempos. Lo que a uno le hace gracia a otro puede provocarle gran rechazo.



Por tanto no hay una fórmula maestra del humor. Sin embargo la risa es universalmente aceptada como algo bueno. Es contagiosa y saludable. Pero no está bien reírse del mal ajeno. Hay que distinguir lo abstracto de lo que conlleva un daño real en el aspecto más personal de alguien. Se puede ser inmensamente cruel dentro del humor siempre y cuando se mantenga una perspectiva equilibrada entre humorista y espectador. Si se logra el equilibrio la risa puede estar garantizada.

Cuando el humorista se burla de los espectadores o trata de provocar situaciones pánico a lo Leo Bassi, o como Jodorowski en sus viejos tiempos, o La Fura dels Baus tirando pescado crudo al público quizás provoque algún tipo de emoción, incluso risa histérica como respuesta refleja al ataque inesperado, pero eso, en mi humilde opinión, no es Humor con mayúsculas.

El humor elegante es aquel que tras un pequeño detalle anecdótico termina en una broma inesperada que transforma lo que antes parecía sólo un pequeño detalle anecdótico en algo de suma importancia.

Lo malo del humor es tener que explicarlo. Si tienes que explicar la gracia de un chiste es que no tenía gracia. O no se contó como y cuando se debía. La gracia está en los antecedentes más que en el suceso comédico. Si te saltas eso o no das con el tono adecuado para contarlos de forma que parezcan no tener importancia la gracia final no tendrá la importancia que merece.

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