Este término lo escuché hace unas semanas en el Festival de Anime de Navarra (FAN'08) en boca del director del festival de cine fantástico de Sitges, en una de las dos conferencias a las que pude asistir sobre ciudades y arquitectura en la ficción.
Ahora mismo estoy en Úbeda, ciudad que espero describir con más detalle pronto; que junto a Baeza son Patrimonio Histórico de la Humanidad ya que solo aquí, de toda Andalucía, se conservan restos de construcciones de la época del Renacimiento romano.
En el párrafo anterior parece que sueno muy culto pero apenas tengo nociones de arquitectura. Ni una sensibilidad muy desarrollada en estos temas. Aunque he visto algún que otro documental sobre Florencia, Roma y demás. Y he hecho algo de fotografía a algún arquitecto.
Mi interés se ha aumentado desde que trabajo en guiones de cine y procuro ver la arquitectura como un personaje más o un reflejo o reflector de la personalidad de sus habitantes.
En las charlas del FAN'08 se mencionó, entre otras películas, Metrópolis; la versión anime de 2001, basada en un manga de los años 40 (basado a su vez en la famosa película alemana). Después de ver la película y pasear por Tudela presté especial atención a los edificios que nos rodean y forman parte de nuestro carácter.
Cuando estás acostumbrado a ver el mismo entorno una y otra vez no te das cuenta de lo mucho que puede sorprender a una persona que no esté acostumbrada todo lo que se ha construido con el paso del tiempo.
(Aquí estaba yo en Los Angeles. En algún lugar entre Hollywood y Santa Mónica)
En Metrópolis la ciudad se extiende hasta el infinito y tanto sus habitantes como los forasteros que visitan la ciudad exporádicamente pierden el concepto de este y oeste; Apenas pueden ver salir o ponerse el sol envueltos en un mar de edificios. Y solo les queda distinguirse por lo alto que han llegado en la ciudad.
En la vida real, cada vez más se vuelve al antiguo régimen de ciudades-estado. Donde el que más manda es el alcalde y sus concejales. Obteniendo cada vez más competencias para auto administrarse para bien o para mal.
Por lo general los ciudadanos no se involucran en la política de su ciudad y los gobernantes no buscan comparar su ciudad con otras en busca de lo mejor para los habitantes. Sí que suelen copiar alguna cosa de otras ciudades pero normalmente cuando alguien se lo vende de esa manera...
-Esto es copia de otras ciudades europeas, que también lo hacen.
Esta frase sale en el divertido cortometraje Cupido (1997).
No está mal volverlo a recordar.
domingo, 13 de julio de 2008
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