El jueves con intención y mucho ánimo para ver todos los pabellones "gordos" de la Expo que me faltaban, en época de muchas visitas, con la última visita de mi pase de tres días, que ya había usado uno y dos meses antes, me levanté a las 7 y media de la mañana y tiré hacia Zaragoza.
Tenía intención de ir a la puerta del Ebro para entrar por un sitio diferente y cercano al pabellón de España pero ya en el Parking Norte nos anunciaban que esa entrada estaba saturada de gente y desviaban a todo el mundo a la puerta de la Torre del Agua.
Poco después de llegar a la entrada abrieron los accesos y la gente bramaba de alegría mientras pasaban los controles de seguridad y pasaban su entrada por el lector de código de barras.
Cuando llegué a las inmediaciones del pabellón de España ví que indicaban a la gente que fueran por un lado, pero según el plano que me dieron la entrada y las máquinas de los pases estaban por el lado contrario. Así que sin preguntar me fui hacia el lado opuesto y vi el panorama. Una cola enorme se enrollaba sobre si misma y empezaba a dar una larga vuelta al pabellón hasta dar la vuelta por el otro lado.
Aun tuve suerte porque la gente comentaba que el día anterior a la misma hora la cola era más larga aun.
Una hora y cuarto después llegué al sistema de pases del pabellón donde me dieron a escoger una hora. Eran las 11 y tenían para las 11:10. Así que si quería podía ponerme ya en la cola para entrar donde hay que estar 10 ó 15 minutos antes de la hora. Y allí fui.
El pabellón está dividido en varias zonas empezando por el audiovisual "Hijos del agua" que es proyectado en una pequeña cúpula. Es una animación renderizada por ordenador y se observa mirando hacia arriba. A alguno le daría tortícolis. A mí en algún momento dado me produjo sensación de mareo y deje de mirar un rato.
Fundamentalmente fui a ver los audiovisuales, especialmente aquellos que proyectasen en 3D. Y había más de los que esperaba.
Después del pabellón de España comi un bocata y seguí más o menos la ruta que había planeado.
Vi el de Corea. Realmente chula animación 3D. Pabellón que ya había visitado el primer día pero o no lo tenían aun o no nos enteramos de que había proyección.
En Kuwait -la palabra clave fue WAIT (espera de dos horas largas)- además de 3D había movimiento -un poquito- y efectos de "escupitajo de camello".
Y por último Extremadura, incluía un audiovisual promocional de la tierra extremeña hecho con imágenes reales en 3D, la espera se me hizo bastante más corta de lo que pensaba pudo haber sido... claro que ya llevaba 10 horas de espera para ver unos seis o siete pabellones.
Otros pabellones que había visitado que no tenían 3D pero sí mucha cola fueron Francia, Andalucía y Rusia. Este último, además del primer audiovisual donde se hablaba de la memoria del agua (que me recordó el título de una película de 14 años atrás de un profe mio, Héctor Fàver); también había un simulador o cápsula de aventura acuática como los que se ven en algunas ferias donde entras, te colocas a los mandos "de juguete", que no hacen nada, de una nave y una proyección y movimiento te lleva por un escenario prehistórico.
Después de ver El faro (de nuevo en más profundidad), pabellones de Iberoamerica y Caribe, para completar un poco la visita, cené y observé desde lo alto el espectáculo del Iceberg (por segunda vez) mientras me dirigía al comienzo de la Avenida 2008, donde dio comienzo la cabalgata "Les giraffes". Un espectáculo nuevo en la Expo donde una cantante soprano, un payaso ruidoso, un montón de "acomodadores" o "botones" vestidos de rojo con luces y cohetes y muchas girafas hacen un número visual y explosivo realmente impactante.
Además arrastraba a los visitantes por toda la avenida hasta el fondo donde la cabalgata siguió hasta casi una hora después del comienzo.
A las doce y media comenzó el concierto de The Konki Duet, y fue la razón junto con la curiosidad de ver eso de Les giraffes, por la que escogí el jueves 28 de agosto para mi última visita a la Expo.
No tengo quejas de nada de lo que ví, salvo las esperas. Si el lugar fuera más grande podría caber más gente entre actos. Lo de Andalucía podían hacerlo más corto.
Fui poco previsor al no haberme agenciado una de esas sillas plegables que algunos espabilados llevaban.
Y para el concierto podían habernos dejado las sillas pero las quitaron una hora antes; Maldigo al expoculador aragonés que se le ocurrió quitar las sillas en ese momento.
Afortunadamente unos metros más atrás había unos bancos fijos (que no podían quitar), donde se me quedaban pegadas las manos cuando el barniz se calentaba; Pude sentarme y ver a las chicas francesa, japonesa y rusa que cantaban y tocaban instrumentos como la guitarra electrica, teclado y violín, de cerca gracias a unos prismáticos que llevé. El sonido tenía bastante potencia y se escuchaba verdaderamente bien.
Cuarenta minutos después, con un cumpleaños feliz, tras sugerirlo la francesa, tocado al teclado para si misma por la japonesa que cumplía años ese día (28 o ya 29 de agosto?), se dio por finalizado el concierto.
Para terminar salí de la Expo y me subí solo a un teleférico desde el que grabé algo de vídeo, hice unas fotos y miré con los prismáticos mientras iba y volvía.
No había aire y solo se balanceó un poquito en la ascensión desde el acceso norte y el acceso sur.
Al regresar por encima del pabellón donde se representa el Hombre Vertiente vi salir a un montón de gente que tuvo la suerte de verlo. Era mucha así que es cuestión de hacer cola el tiempo suficiente para coger fastpass o de tener suerte y paciencia a la hora de ir y que queden plazas.
sábado, 30 de agosto de 2008
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