lunes, 4 de agosto de 2008

Razón vs Emoción

Vivimos en un mundo de contrastes. Noche y día. Frío y calor. Invierno y verano. Fácil y difícil. Dolor y placer. Certeza e incertidumbre.

Como agarrados de un péndulo nos dejamos llevar o tratamos de mantenernos en el lado que nos gusta más.

Personalmente trato de ver el lado positivo de todo.
Y siempre que tengo que elegir entre A o B, X o Z, prefiero sumar a restar.

Pero comer Nocilla con chorizo no me parece algo muy apetitoso, ni especialmente nutritivo. Aunque por separado funcionen igual de bien.

Así que la cuestión que me planteo en este breve instante, una tranquila tarde de domingo cualquiera ideal para filosofar, es la siguiente:

¿Qué es más importante el raciocinio o las emociones?

Ahora mismo tengo un dejavù de haber escrito sobre esto antes. Ya revisare mi blog o los foros...

Creo que la ilustración de Goya, de finales del siglo XVIII, "El sueño de la razón produce monstruos", quiere mostrar al propio pintor como culpable de los males del raciocinio. Tener razón es solo una ilusión. Y creer que se tiene conlleva enfrentarse a monstruos provocados por si mismo.

Esta disertación es fruto de un razonamiento movido por emociones en mayor o menor grado. Pero la razón pura es algo bastante alejado de las emociones.

Nuestros sentidos son bastante limitados pero son nuestra única herramienta para percibir la realidad que nos rodea.

Nuestro cerebro funciona como un filtro que busca un significado racional inmediato a lo que percibe y lo almacena de modo comprimido, creando atajos para acceder a los recuerdos según la importancia que consideramos que tienen.

También creo que estos atajos se crean de un modo metafórico y son lo que soñamos cada noche para conservar los recuerdos importantes del día y los recuerdos de nuestros recuerdos.

Si nuestros sentidos tienen un umbral gradual entre la no-percepción y la sensación intensa, podría decirse que las emociones se encuentran en los extremos de este umbral. Aunque en el centro del umbral, las sensaciones cotidianas también pueden aflorar emociones típicas del tedio, la rutina y el estancamiento.

La tristeza y la alegría son emociones motivadas por nuestros sentidos o recuerdos previamente percibidos.

El mundo intelectual, que envuelve el amplio contenedor del conocimiento humano, es tan vasto como inabarcable para una sola mente. Y sin embargo sus misterios y aplicaciones prácticas atraen a científicos, estudiosos e ingenieros de distintas artes por doquier.

El hecho de que no seamos capaces de comprender toda técnica nueva o antigua sin un esfuerzo más o menos moderado hacen interponer nuestras emociones contra la razón en favor de mantener nuestra propia auto-estima y subestimamos el valor real del conocimiento.

En las bellas artes, pintura, escultura, música o cine, se requiere un equilibro entre técnica y emociones. Caminar por la cuerda floja como si fueras un elefante con pies de plomo caminando por la Luna.

Entonces... Esto parece que no tiene fin; la conclusión es una pregunta:

¿Es más importante la razón o las emociones?

2 comentarios:

  1. Ya he asesinado a un conejito por dejar un comentario y a un gatito por borrarlo! Je je. ;-)

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  2. lo leí después de haberlo publicado y me salió mal el tiro... jajaja por eso lo borré...la prox lo preparo mejor

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