Y allá vamos con este "remake" (o ahora lo llaman "Reboot") de mi penúltimo día de viaje por Japón, en octubre de 2011. Esta vez con 137 fotos en vez de las 21 que publiqué originalmente de sitios de Tokio que visité.
Sábado, 29 de octrubre de 2011.
Décimo-segundo en Japón. Fue un día de impaciencia.
Se acababa mi viaje en Japón y me había reservado para el día siguiente algunas de las cosas que más ganas tenía de ver.
Este día, antes de dirigirme al famoso templo tokiota Senso-ji, decidí anticipar una visita fugaz a Akihabara para ver algo, antes de lo planeado; y hacerme con algún folleto de maid-cafés para el día siguiente. Además visité la tienda Gamers.
Al ir al barrio de Asakusa, camino de Senso-ji me encontré con un espectáculo de cosplay callejero que hacía un crossover entre Dragon Ball y Saint Seiya. Fue sorprendente y se me escapó alguna que otra carcajada.
Después de ver los puestitos de Senso-ji (y comprobar que tienen tanto baños modernos como tradicionales) me dirigí hacia el río Sumida con la intención de embarcar en un barco turístico que me llevase hacia Odaiba. Vi el Himiko y algún otro en el muelle más próximo, pero me asustó la enorme cantidad de gente que había ahí. Así que decidí subir río arriba en busca de otros embarcaderos menos congestionados, para hacer antes. Pero de hacer antes, nada! Porque no encontré ninguno que tuviera en horas próximas parada en ellos. Sin embargo, pude disfrutar de un largo paseo viendo la majestuosa Tokyo Sky Tree muy cerca y algunos otros aspectos de la vida callejera en Tokio.
Finalmente regresé al embarcadero principal, la espera no fue tan larga, y con pocas indicaciones cogí ticket de la máquina para el barco más barato disponible, que hacía escala en otro embarcadero donde había que cambiar de barco para llegar a la isla artificial Odaiba.
Pude disfrutar de un bonito viaje por el Sumida grabando por las ventanillas la ciudad mientras una azafata recitaba lo que podía verse a babor y estribor conforme pasábamos.
En Odaiba, eché un vistazo al centro comercial Aqua City y tras reponer fuerzas visité la Fuji TV, donde conocí a alguien de Barcelona que iba hablando con el personal en inglés; al principio me despistó pero luego nos quedamos hablando un buen rato, sobre tapas de WC y otras cosas chocantes de Japón, mientras veíamos ponerse el sol en la bahía de Tokio.
Después de encontrarme con el resto de las instalaciones de la FujiTV cerrando al pegarme tanto tiempo admirando el "astonishing" paisaje nocturno de la bahía de Tokio, me dirigí al monorail que sale de Odaiba, creo que en dirección opuesta a la ciudad, aunque va en círculo y terminaba saliendo de la isla. De ese modo vi desde el tren, fugazmente en la oscuridad de la noche, el Tokyo Ariake Big Sight (donde se celebra el Comiket). Después me perdí un poco entre las calles de la estación para encontrar un enlace a la Yamanote u otra línea céntrica, y decidí visitar Ginza con la idea de buscar un "shabu shabu" para cenar, cosa que finalmente quedó pendiente para otra ocasión.
En Ginza vi varios restaurantes españoles (muchos) y en otra calle alguno italiano y de otros tipos. Los shabu-shabu que encontré eran de precios prohibitivos y con salones demasiado lujosos para mi gusto, yendo solo. Ginza es Ginza.
Por si acaso un joven me ofreció "señoritas de compañía" de host club -pretty girls, mista!! A lo que respondí "Sólo busco un restaurante, gracias". xD
Tras recorrer bastantes manzanas entre un par de calles abandoné el exclusivo barrio de Ginza y acabé en un kaitensushi próximo a la estación de Kanda donde probé por fin sushi de Japón en Japón.
No les quedaba 大トロ (o-toro) y me tuve que "conformar" con chu-toro, pero estaba bien bueno igualmente junto con otros cuatro platillos distintos más.
Como siempre me presentaba en cualquier sitio con un "nihongo ga amari hanasemasen" (casi no hablo japonés) en este restaurante lié un pequeño barullo al personal porque se preocuparon en exceso en explicarme que me ponían un platito que equivalía al precio de la bebida, y era un explicación innecesaria pero como la camarera no sabía ni papa de inglés (o yo no la pillaba el hilo) se molestaba en vano en explicarme mientras yo buscaba preocupado en mi diccionario de japonés qué era eso "tan importante" que intentaba decir. Finalmente vino otro camerero preguntándome "-¿Qué le preocupa?" y entendiendo ya casi todo lo que sucedía señalé a la camarera con el dedo como diciendo -La que está preocupada es ella! (Uops!) no yo. Que está todo muy bien explicadito en este letrero con los colores y los precios!
Aunque en un restaurante de España a esa anécdota nadie le daría importancia, noté que mi tono estaba un poquito por encima de lo habitual y me dolió algo no haberme contenido ese feo gesto (en Japón) de señalar con el dedo, o hacerlo de modo más cordial; a la japonesa.
Dejando aparte el momento "lost in translation", el giratorio de sushi era muy curioso. Los platos iban pasando pero no se cogían directamente de la cinta. Esos eran de exposición. Se marcaba en una pantalla táctil lo que querías y un trenecito por una vía superior te lo traía recien preparado.
Después volví al hotel para pasar mi última noche en Tokio. (La siguiente, y última en el país, sería en Narita.)
Japón 2011 -día 12- |
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