Este día ya lo tenía re-escrito y detallado en el blog así que lo copio y pego casi tal cuál. Aunque en vez de 59 fotos comparto al final unas 157 fotos de la jornada.
Hay quien dijo que este viaje se me haría corto. Y es verdad; se me hizo corto para todo lo que se puede hacer en Japón. Sin embargo en sólo tres días hice más cosas que quizás en todo el año.
Entrada original en Otaku Sin Calma. Lo anterior, y todo lo que venga después en http://elotakutranquilo.posterous.com (Posterous: "Descanse En Paz")
Hay quien dijo que este viaje se me haría corto. Y es verdad; se me hizo corto para todo lo que se puede hacer en Japón. Sin embargo en sólo tres días hice más cosas que quizás en todo el año.
El jueves 20 de octubre hice mi excursión a Kamakura. Uno de los mejores días de mi viaje por Japón. (Aunque esto es una forma de hablar. Porque creo que todos fueron buenísimos).
Todavía no entraba en vigor mi JapanRail Pass de siete días así que fui de Yokohama a Kamakura con la opción más asequible disponible mirando en Hyperdia (la mejor web y app para aclararse con los trenes en Japón).
Tras llegar a Kamakura y caminar por mi primer destino "otaku", Sasuke Inari (que aparece en el anime Elfen Lied), y después de visitar el famoso Daibutsu, adquirí en la estación de Hase el "Day Pass" para recorrer libremente las estaciones de la línea Enoden de tranvia por 580 yen, como se indica en esta web. Y me vino bien, porque en algún momento me pasé de parada y pude volver atrás y adelante con total libertad. Sin volver a pagar más por montar en este pintoresco tranvía con un recorrido excepcional y buenas vistas.
Hay otro "Inari" famoso, el Fushimi Inari en Kioto. Pero el de Kamakura tiene un encanto especial. Más pequeño y escondido. (Aunque aún no lo puedo comparar, porque finalmente no pude visitar el grande en Kioto).
Los Inari son un tipo de templos o, más bien, ruta sagrada (no me toméis por experto) del culto sintoista que busca protección para las cosechas del lugar. De ello se encargan los kitsune (zorritos) de los que está bordeado el lugar donde se reza en favor de buenas cosechas.
Cuando le dije al GPS de mi móvil que me llevase caminando al Sasuke Inari escogió la ruta "turística", más concretamente la que se conocía como "Hiking route", que se puede traducir por ruta paisajística, de senderismo. O yo traduje, tras hacerla, como la "ruta de escalada". Porque era dar un rodeo al acceso principal para ir por un camino estrecho con pequeños barrancos por los que podía haberme despeñado al mínimo fallo o distracción al caminar y grandes desniveles y algunos endebles barandados que no sé ni cómo pude llegar al final. :) (diversión)
Lo que noté enseguida es que Kamakura y alrededores, aquel jueves de labor, estaba lleno de grupos de escolares que lo visitaban. No sé si eran las fechas propicias para ello o es que Kamakura es siempre visitado por escolares de todo el país. Ya que es uno de los destinos turísticos de más reclamo de Japón.
Por la "senda de escalada", antes de animarme a subirla, mientras me quitaba la chaqueta (hacía calor) y sacaba la cámara (sólo al principio, que luego iba a necesitar mis cuatro extremidades :)) me adelantó un grupo de cuatro o cinco (intrépidos) colegiales que habían decidido ir por el mismo sitio. Desde la parte de atrás del Sasuke Inari. Pero ellos parecían saber el camino y los perdí de vista enseguida.
En cualquier caso no era una ruta muy larga. A diferencia del Fushimi Inari de Kioto, que tengo entendido puedes recorrer hasta 4 kilómetros de puertas "tori", por su acceso principal.
Después de ver Sasuke Inari, y bajar por el acceso normal, un chico de unos 9 ó 10 años, con un pequeño grupo de chicos y chicas que serían de su clase me entrevistó, por primera vez en Kamakura, presentándose.
Por lo visto a los escolares les ponen tarea de preguntar a los turistas o gentes del lugar para que practiquen idiomas o algo. Yo le dije en "japoinglés" que hablaba español pero podía hablarme en inglés. :) Respondí a cuatro o cinco preguntas que tenía preparadas y se despidió, muy simpático. Más tarde cuando visité el Daibutsu, donde había mucha más gente (claro), me entrevistaron otros escolares mayores, aunque estos parecían más interesados en que les firmase en el cuaderno para dejar constancia de que habían hecho los deberes. Tendrían un cupo.
Algunos turistas españoles que me encontré días más tarde estaban ya hartos de tanto escolar por la calle.
Después de subir al tranvía en Hase hice la parada obligatoria (para un otaku de Elfen Lied) en Gokurakuji y visité unas famosas escaleras que pasan por un pequeño cementerio y tienen una interesante vista de la bahía.
Después visité otra estación cercana y descubrí que además de los omnipresentes cuervos, que están en todas las ciudades grandes y pequeñas de Japón, por la zona de Kamakura había halcones. Aunque cuando los vi revoloteando en la calle entre los semáforos, bajando y subiendo a la calzada me parecieron tan grandes que pensé que eran águilas. Más tarde, un cartel de advertencia con un halcón dibujado indicando que se tuviera cuidado con ellos y que no se les diera de comer, ya salí de mi error ornitológico.
Tras alguna parada, paseos, unas pocas fotos y vídeos más, y una parada en un combini a "repostar" energías (con cuidado de las agui..., digo, los halcones) me dirigí al último destino de la excursión que fue lo más bonito del día y uno de los destinos que me habían recomendado y recomiendo encarecidamente a cualquiera que se acerque al lugar: Enoshima.
Enoshima 江ノ島 "isla de la ría" (traducción libre) es una isla pequeñita que está conectada por tierra con dos carreteras, una peatonal y otra para vehículos (también sale en Elfen Lied) en lo más alto hay un pequeño jardín botánico de plantas tropicales conocido como Samuel Cocking Garden y una torre observatorio desde la que pude ver el monte Fuji antes de anochecer. (La primera de tres veces que lo ví en mi viaje)
Para llegar arriba se pueden utilizar unas escaleras y cansarse muchísimo o pagar por un "pack completo" que incluye acceso al jardín botánico, con ascensor a la torre del observatorio, y una colección de al menos tres larguísimas escaleras mecánicas (escalator) que te suben arriba cómodamente desde la entrada al monte de Enoshima después de una larga colección de tiendecitas y restaurantes pintoréscos.
Después de ver lo más alto se baja tranquilamente por escaleras normales y no te cansas. Pero estoy seguro que subirlas debe ser bastante cansado. Aunque si temes por tu bolsillo puedes ahorrarte algo de los ~1000 ó 1500 yen que creo costaba parte de las opciones de escaleras mecánicas y acceso al jardín y observatorio, o el conjunto.
Lo único negativo de ese día fue ver a un señor mayor borracho con el que me crucé camino de Enoshima, haciéndome el sueco. El día anterior Iñaqui me había dicho que era lo peor que había en Japón. Gente mayor que no está para trotes y se "cuecen" en exceso. En el resto del viaje no volví a ver ningún borracho.
De vuelta al hotel en Yokohama pude observar la vista desde la planta superior donde se veía muy bien la torre Landmark que visité el día anterior, para usar la lavadora a monedas; y dónde también estaban los baños termales del hotel. Algo que aún no sabía lo que me iba a apenar no haber probado después de pasar el octavo día de mi viaje en el onsen de Shirakawa-go y la última noche en el "onsen" artificial del hotel de Narita; pero es que el lavado y secado de la ropa me robó mucho tiempo que quizás se podía haber ganado evitando lavar polos, camisas, pantalones o cualquier otra ropa que no sea ropa interior. Lo tendré en cuenta para mis próximos viajes.
Japón 2011 -día 3- |
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