A veces pienso que el humor no es lo mío. Pero como me gustan los retos también lo estudio sesudamente tratando de escoger el tono humorístico que puede ser completamente blanco o de lo más ácido y salvaje.
Al pensar en La Forma, experimentar con el lenguaje visual, el tono es importante ya que unos dan juego para otro tipo de experimentos visuales que no se apreciarían bien con otro tono.
Mi primera película pretende ser una historia con múltiples protagonistas que encauzan un diálogo sobre anhelos, temores y apariencias. Siempre he visto esta historia más próxima al melodrama, pero no he dejado de ver la posibilidad de meterla en un típico género de comedia de aventuras.
Ver mucho anime en el último año me ha servido para darme cuenta de que es posible jugar con el lenguaje visual dentro de cualquier tono. El que más experimenta de todos los que he visto es quizás el largo Mind Game que cuenta la historia de un joven mangaka (dibujante de comic japonés) que es engullido por una ballena después de burlar a la muerte y obligado a dejar sus metas personales a un lado. El tono de la película es Gran Humor. Lleno de Absurdo que a su vez, como creación artística, está lleno de significado.
Si mi primera película fuera la mitad de buena que ésta ya me daba
Una primera obra se ve como el juez que determina tus posibilidades de hacer más obras y también te condena a repetir lo mismo; pues se espera que siempre hagas las cosas de ese modo y con los mismos o mejores resultados.
Sin embargo muy pocas operas prima de grandes maestros del cine son recordadas como sus mejores películas. Solo cuando llegan a cierta madurez pueden permitirse hacer aquella película con la que querrían jubilarse. Por la que querrían ser recordados. Allí donde han puesto toda la carne en el asador y han reflejado todo su mundo interior en una única obra coherente y llena de emociones. Una obra maestra.
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